Daniel Nesquens fue niño. Luego con el tiempo se hizo mayor. No de esos que lleva una estrella, si no de los que tienen que llevar a su hijo al cole. O a su hija. Estudió y se graduó unas gafas que había heredado de su abuelo. Por eso ve también historias como las de este libro. Y como otras. Ya sean de invertebrados, vertebrados