Cristina Marsi nació en Trieste, donde el viento inspira historias llenas de luz y alegría o, como le sucedió con este libro, sus soplidos le enredan en el pelo las hojas más charlatanas de los alrededores, esas que con dos revoloteos te cuentan un viaje entero. La autora atrapa en el viento las palabras que la hacen sonreír, las ideas que dan la vuelta a la esquina de improviso y hay que anotarlas deprisa, donde pille, en recibos, en folletos publicitarios, en sobres de facturas, cuadernos y papeles arrugados. Esos apuntes son su tesoro, al que acude cada vez que quiere contar otra aventura. Quién sabe cuál será la próxima.